martes, 6 de noviembre de 2018

Distraidos



Distraida,
la miraba como si no hubiera
más motivo en el mundo por sonreir
que ella.
La brisa de aquella tarde
susurraba aromas de octubre aún.

La necesidad de rozar su cuerpo
una vez más, era grande.
Se repetían en su mente
las imágenes de aquella noche.

Distraido,
jugaba con sus dedos
en sus labios.

Su mirada, iluminaba la habitación.
No necesitaban más.

Su compañia, su cuerpo,
sus labios,
sus ojos.

Todo,
era perfecto,
cuando ardían los tres
entre las sábanas de seda gris.




*nOe

domingo, 4 de noviembre de 2018

Se negaba a volver

Las tardes de lluvia
eran demasiadas ya en aquella ciudad.
Correteaban los niños
saltando entre los charcos,
los tenues rayos de sol
que aparecian y desaparecian de entre las nubes,
besaban sus mejillas,
pálidas,
ruborizadas, a veces,
por los pensamientos que paseaban por su mente.

Ni tan siquiera,
el estridente sonido del timbre
la sacó de su universo perfecto de caricias soleadas.
Tres largos y sonoros toques.
Su amiga nerviosa,
gritaba, se alteraba.
Ella seguía disfrutando
de lo cálido de sus mejillas,
y de sus pensamientos.

Ni siquiera notaba que
Lucía revoloteaba alterada a su alrededor,
con prisas,
con exigencias.
Solo quería
seguir disfrutando de su embriaguez,
de sus estado mental,
en las nubes,
de sí misma.

Ni siquiera se daba cuenta de que
su amiga cada vez estaba más alterada,
porque ella seguía desnuda,
con tan solo
una fina bata de seda que
acariciaba su aterciopelada
y
pálida piel.

No quería,
se negaba a volver
a la realidad.
Solo podía recordar la noche anterior.
Solo podía recordar sus manos
recorriendo su cuerpo,
explorando cada uno de sus lunares.
Tan solo podía pensar
en sus labios saboreando su piel,
haciéndole un traje de besos,
dulces,
apasionados.
Nada pudo,
aquella tarde,
borrarle el rubor,
de sus mejillas.


*nOe

sábado, 19 de mayo de 2018

Los sábados a media tarde

Los rincones más oscuros
de tu cuerpo los recorro con mis manos.
Las nubes de tu mente
se diluyen
con el roce de los labios decididos.

Las sábanas,
bañadas en el sol de la mañana
hacen aún,
mas brillante tu piel.

Tus defectos,
o así los llamas tú,
se dejan de esconder
y me muestran tu yo más vulnerable.

Jugamos a ser uno solo.
Jugamos a ser nosotros.
Jugamos al sábado a media tarde.

*nOe

domingo, 20 de noviembre de 2016

A tus oídos

Desde la lejanía de tu silencio,
desde lo más alto de este paraje singular
sigo escuchando susurros de tus versos
traídos por el viento viajero.

Aún así despierto distraída,
arropada por tus brazos
sintiendo tu mirada dormida.

Los cristales empapados de la lluvia de otoño
no me dejan ver con claridad
más allá de aquel viejo edificio derruído.
Más allá de las viejas paredes
que bloquean el espectacular paisaje,
de tu sonrisa.

Tardías llegan estas palabras
a tus oídos,
palabras que acarician el alma
dejando huella y señal
dejando cicatriz,
a veces,
en tu mente perturbadora.

*nOe

lunes, 10 de agosto de 2015

Patria

Hablando de patria,
no existe,
no hay.
Tu patria es donde tú estés,
donde tus pensamientos cabalguen,
donde te encuentres.

No es un terreno,
delimitado,
ni por delimitar.
Es tu mente, tu vida.

¿La mía?
Mi patria eres tu,
con tus besos,
tus sonrisas,
tus llantos,
tus caricias.

Mi patria, si, eres tu.

*nOe

domingo, 7 de junio de 2015

Pasión

Puede ser que las caricias
no sean tan apasionadas,
como antes.
Que los ojos no te desnuden
como lo hacían
antaño.
Que las noches no sean
hasta la madrugada
con tanta frecuencia,
incluso,
puede ser que
al dormir
os deis la espalda.

Puede que las miradas
no ardan en pasión
cada vea
que te despojas de tu ropa
al llegar a casa.

Quizás las veladas románticas
hayan terminado,
quizás solo tengas
una por año.

Pero sabes, que lo espectacular
está en esa complicidad
que día a día vas forjando,
con cada caricia,
cada mirada,
cada beso,
cada noche a su lado,
cada velada no romántica
o cada noche de pasión no tan desenfrenada.

Te quiere, le quieres.
Siempre lo haréis,
la pasión más grande
es la de la llama que nunca se apaga
aun a pesar de que,
en ocasiones,
sea un poco más tenue.

*nOe

sábado, 23 de mayo de 2015

Niñas de la guerra

Estaban aterradas,
respiraban lento
sin hacer ruido.
Cada paso que oian,
cada chocar de esas botas militares
con el suelo
hacía que su corazón
latiera tan a prisa,
que casi parecía salirse
por sus pequeñas bocas.
El miedo se hacía cada vez,
más incontrolable.
Gritaban en silencio
sabiendo que ese,
ese nefasto día,
podría ser el último.

En tan solo un segundo,
todo fue oscuridad.
No les dolió.

Les llegó el final.

*nOe