Es el silencio de las mañanas
el que hacen sentir esa inquietud.
No saber que hacer,
cuando hacerlo,
o simplemente,
no saber si hacer algo o no.
Es el susurro de las voces
de revolución de tu interior
el que te empuja a salir,
a gritar,
a decir ¡basta ya!.
Es ese misterioso
calor que recorre todo tu cuerpo
al ver las injusticias sociales
que en pleno siglo
se cometen contra todos,
pero no contra todos en general,
si no contra todos los desamparados,
contra los débiles,
contra los desfavorecidos,
contra la mayoría de las personas
que dan fuerza,
que cimientan este sistema,
contra la humanidad.
Es hora de un cambio,
del cambio hacia la libertad,
hacia la verdadera democracia,
y solo se conseguirá luchando,
hay que luchar,
luchar por los fuertes,
los débiles,
por los que no tiene poder,
hay que demostrar
a esos tigres de papel,
que aunando fuerzas,
el pueblo,
puede derrotar a cualquier gigante,
que aunando fuerzas,
podemos conseguir
la libertad.
*nOe
