domingo, 20 de noviembre de 2016

A tus oídos

Desde la lejanía de tu silencio,
desde lo más alto de este paraje singular
sigo escuchando susurros de tus versos
traídos por el viento viajero.

Aún así despierto distraída,
arropada por tus brazos
sintiendo tu mirada dormida.

Los cristales empapados de la lluvia de otoño
no me dejan ver con claridad
más allá de aquel viejo edificio derruído.
Más allá de las viejas paredes
que bloquean el espectacular paisaje,
de tu sonrisa.

Tardías llegan estas palabras
a tus oídos,
palabras que acarician el alma
dejando huella y señal
dejando cicatriz,
a veces,
en tu mente perturbadora.

*nOe