martes, 12 de marzo de 2013

Sed incansable

Aletargados los ideales
de un sueño por cumplir,
como las balas perdidas
dentro de los corazones de miles
de milicianos
anónimos.
Perdidas en las cunetas
las sangres rojas
de guerra,
de sed incansable
por la búsqueda de la libertad.
Llantos de mujeres,
hombres,
niñas,
niños,
provocados por el inhumano corazón
de los hombres vestidos de uniforme,
gris.
¿Y pretenden que nos olvidemos?
¿Cómo olvidar
el llanto,
las historias que callaron
con el ruido de las balas
atravesando el alma y el cuerpo
de los libertadores por naturaleza?
Si aún suenan en el viento
sus ecos lejanos.
¿Cómo olvidar
a los que mataron
a los padres de la libertad?
Si nos quedaron huérfanos.
¿Cómo olvidar?
Si nos grabaron su historia
con la sangre de los nuestros.

*nOe

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