jueves, 1 de diciembre de 2011

Días grises

La cantinela de los granizos
que caían con la tormenta
resonaban en el techo de cristal.
Era agradable el sonido del agua torrencial
que corría por las calles
me hacía sentir protegida en casa.
Mi guitarra desprendía agradables
y melodiosos sonidos,
eran acordes menores
graves,
armonías que fluían de entre mis dedos.
La inspiración había vuelto
al igual que los días lluviosos de invierno.
Es entonces cuando comprendí
que un día gris,
era un día con musas para mi.

*nOe

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