Un profesor de filosofía explicaba a sus alumnos la teoría del escepticismo de una manera un tanto peculiar.
-Ni la magia ni los milagros existen...- Decía.
-Nadie puede parar el tiempo,
no se pueden hacer desaparecer las cosas-.
en ese preciso instante alguien entraba por la puerta, era el, que respondió con voz serena y grave.
-Entonces, tú no existes-
-¿Por qué?- Preguntó el profesor.
-¿Por qué me preguntas?,¿ tú que paras el tiempo con tus caricias, y haces desaparecer el mundo con tus besos?-
[...]
-¿Tú que haces magia convirtiendo el momento más efímero en el mejor de los instantes?-
-Entonces...según tu teoría tú mismo no eres real ¿no?-
Sorprendido el profesor con esa respuesta tan sentida, se dio media vuelta y se abalanzó sobre él, dándole ese abrazo que paró el tiempo, y seguidamente dicho beso que hizo desaparecer el mundo.
Ese segundo se convirtió en una eternidad, que pronto fue rota por un barullo de silbidos, aplausos y voces...
-Te quiero -le susurro el profesor
-No vuelvas a separarte de mí nunca más, si ti... soy escéptico.
nOe
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